viernes, 7 de febrero de 2014

Capítulo 39

Todo está patas arriba en el castillo. Ha pasado un día desde la batalla ganada pero aún contando con la magia del director no hemos conseguido acabar con las reparaciones del salón. Los alumnos se van recuperando pero algunos de los más pequeños todavía guardan cama bajo los atentos cuidados de la señora Pomfrey. También se ofreció a cuidarme a mi pero rechacé su propuesta, quería dormir en mi cama. La verdad es que ha sido una noche muy dura, Ailén estuvo en la enfermería así que la habitación se ha quedado muy sola, como yo. Hermione también está guardando cama, aunque en su cuarto con los Gryffindors. Y Draco...
Bueno, Draco no me ha dirigido la palabra, se dedica a ayudar cuanto puede a la señora Pomfrey. También le vi con Dumbledore reparando los daños colaterales de la batalla e incluso levantando la barrera mágica que ahora cubre toda la escuela para que el incidente no se repita. Apenas quedan en él restos del antiguo y malcriado Draco Malfoy, príncipe de Slytherin. Trato de no pensar mucho en ello para no derrumbarme. Necesito tener la mente despejada y organizar un plan de ataque. Tengo poderes nuevos y el diamante de la pureza, esta vez Saphir no se escapará.

Por otro lado tanto profesores como alumnos aún se sorprenden de tener a un gigantesco dragón negro en los jardines del castillo, aunque Hagrid está encantado. Se ha ofrecido a proporcionarle refugio y alimento, nunca lo había visto tan contento. El profesor Dumbledore me explicó que siempre quiso tener un dragón, así como varias criaturas mágicas tan extrañas como peligrosas y luego mantuvimos la inevitable charla en la que yo le conté todo lo que había pasado, de principio a fin.

Son más de las doce. Hace casi seis horas que llevo despierta y el sueño no se abre paso. No puedo descansar, no con todo esto en la cabeza. He decidido que ya es hora de desayunar y me dirijo al comedor a picar algo. Está casi vacío. No hay ningún profesor y la mayoría de los alumnos o están en la enfermería o hace rato que han desayunado. En la mesa de Slytherin a penas quedan un par de personas. Dos chicas de tercer año que no tocan su comida y comparten miradas de temor, y un joven de pelo platino que contempla su comida en silencio, sin hacer el más mínimo movimiento. Me acerco a este último con un nudo en el pecho.

-Buenos días... -digo. El miedo que siento hace que mis palabras a penas sean audibles. Nada más que un leve susurro, pero él me ha oído y alza la cabeza. Tiene un aspecto horrible, lleva ayudando a la gente desde que terminó la batalla y las marcas de cansancio se manifiestan como profundas sombras bajo sus claros ojos. Draco me observa y su mirada se cristaliza.

-No son buenos, _______- dice. Esas gélidas palabras me atraviesan como cuchillas. Me siento a su lado y comienzo a picar algo, pero pronto pierdo el apetito. El silencio se adueña de la mesa, no sé que decir, quiero solucionarlo pero apenas encuentro las palabras. Le he hecho daño y eso es algo que no me perdonaré nunca. Decido que tengo que asumir las consecuencias. Debo intentar recuperarlo y esperar que él me perdone. Así que allá voy...Hago ademán de empezar la conversación pero Draco me interrumpe

- Antes de que digas nada quiero saber algo. Sabías de la traición de Saphir, sabías el daño que te había hecho, sabías que te estaba engañando... Y aún sabiendo todo eso decidiste creerle. ¿Por qué?

-...-me quedo en blanco. No tengo respuesta, ni yo misma fui consciente de mis actos.

-Responde.

-No sé qué decir. Tienes razón, sabía todo eso, es sólo que... No sé ¿un impulso? Pienso que tal vez quería creerle, quería creer que sus promesas eran ciertas. Tu tienes suerte, has vivido con una familia, rodeado de amigos, rodeado de amor, aunque no quieras verlo. Cuando yo estudiaba estaba sola, mis compañeros me habían dejado atrás y la única familia que tuve me fue arrebatada a una edad temprana. Cuando descubrí mi don y Saphir me apoyó mi cuerpo se lleno de una felicidad envenenada, pero era felicidad al fin y al cabo. Y me sentí llena, me sentí querida. Quizá aún no quiero creer que aquellos días felices fueron una mentira, que quedaron en el pasado.

-¿Es que acaso eres infeliz ahora? ________, tu me has hecho ver lo que está bien, me has hecho cambiar. Yo también te he apoyado y nos hemos reído juntos, ¿Es que aún así no se puede comparar con tu época pasada?- me dice molesto.

-Yo...-suspiro-. Yo no soy infeliz... pero no puedo evitar pensar que no pertenezco a esta realidad. He viajado a través del tiempo quinientos años, he tenido que rehacer mi vida de cero... Y de repente descubro que tengo poderes inimaginables, que mi mejor amigo es un dragón del Tiempo y que tengo un ex novio malvadamente loco que intenta conquistar el mundo. Ahora mismo en mi cabeza no hay sitio para diversión o felicidad, sólo un objetivo. Algo que debí haber hecho hace mucho tiempo... -alzo la cabeza para contemplar el techo hechizado del comedor, se ve un bonito cielo azul y alegres nubes blancas como algodón. Se parece al cielo que solía contemplar con mi padre en nuestra granja. Cierro los ojos y por un momento trato de imaginar los grandes campos verde y la brisa suave y fresca que azotaba mi cara cada mañana. Poco a poco los abro y veo como Draco aún me contempla.

- ¿Y después qué? -dice despacio.- No puedes volver al pasado, ahora este es tu tiempo.

-No, no soy parte de esto. Os he involucrado en una lucha que debió haber terminado hace quinientos años. Hay docenas de alumnos malheridos, mis mejores amigas están guardando cama por mi culpa y aún así yo he dudado a la hora de elegir un bando, te he hecho daño y me arrepiento horriblemente. Quiero que me perdones, quiero solucionar todo para después desaparecer para siempre...

-¿Desaparecer? ¿Vas a volver a tu tiempo o qué? -dice en burla.

-Bueno... quizá Evenaar pueda llevarme de vuelta...

-¡¿Pero es que no lo entiendes?! ¡Deja de aferrarte a tu pasado! Ahora Hogwarts es tu hogar, y sus alumnos tus amigos. Cuando Saphir sea derrotado no tiene por qué cambiar nada. Nadie te guarda rencor. ¡Te lo estamos ofreciendo todo, _______! Eres tu la que no lo quiere ver... -acto seguido se levanta y se va, demasiado rápido como para que encuentre palabras con las que impedírselo.



Narra Draco:

Me levanto furioso de la mesa. Sé que es lo último que debería hacer pero voy a reventar. Entiendo el infierno por el que _______ ha pasado y por el que está pasando ahora mismo. Quiero decirle que ya no estoy enfadado, que la apoyo, que todos lo hacemos, ¡Pero es que se niega a aceptarlo! Cree que es una carga para todos y que debe lidiar con sus problemas ella sola. Me da mucha lastima pensar que su actidud ha sido causada por los tristes años de soledad que ha pasado, pero ha de pasar página de una vez y aceptar que los amigos están para ayudar.
Decido salir a que me de un poco el aire. Necesito calmarle y tal vez después vaya a hablar con ________ y se lo explique todo mejor. Me duele haberla dejado sola en el comedor porque sé que eso solo la hará resguardarse más de todo el mundo, y precisamente eso es lo que pretendo evitar. Me dirijo hacia el lago, vaya vaya, hace tan solo un par de meses no me hubiera acercado a este lugar ni por asomo, y menos para pensar en alguien más. Las cosas han cambiado bastante...

Llevo ya un rato sentado a las orillas del lago, con la mente en blanco, y de pronto oigo el ruido de unos pies que se acercan pisando las ramas caídas que se desperdigan por el suelo. Cuando me giro veo al ministro de magia paseando junto al director. No me han visto así que decido acurrucarme junto a la maleza para escuchar su conversación.

-...es lo mejor.¡Imagínate si todo el mundo se entera! Sería un escándalo público. "Joven domadora de dragones regresa tras quinientos años gracias al poder de su fiel bestia" Un titular bastante largo y tentador. No Albus, hemos de continuar, nadie debe saber lo que está pasando en Hogwarts, tenéis que resolverlo solos, lo siento amigo, es una orden.

-Esta bien ministro Fudge, entiendo su preocupación, no obstante me veo obligado a pedirle que nos otorge cierta ayuda. Mis alumnos se encuentran en su mayoría indispuestos y me temo que nos enfrentamos a una amenaza mundial, sería conveniente tener a un par de magos especializados para la ocasión.

-Veré lo que puedo hacer, pero le aconsejo que no espere mucho. -dice el ministro como despedida y se marcha dando grandes zancadas.

-A veces me sorprende lo poco capaces que son las personas con más recursos del planeta, ¿no cree señor Malfoy?

Doy un respingo y me levanto con caultela.

-Lo siento profesor, estaba aquí y no pude evitar...

-No se preocupe, no era algo sobre lo que no debieses saber.

-Entonces.. ¿De qué hablaban?

-Verás, el ministro ha tenido la amabilidad de visitarnos en persona debido a los recientes acontecimientos. El curso en Hogwarts debe continuar y eso incluye seguir con el Torneo.

-¿Que? ¡Pero si la escuela esta medio destruida!

-Esa misma ha sido la reacción de la profesora McGonagall al enterarse. Por supuesto nuestros alumnos no están en condiciones pero, piénsalo de esta forma: Una joven ha llegado desde el pasado, dueña de un poder inmenso que hace tiempo que se creía extinto. La acompaña un Dragón con sus mismos poderes y un enemigo más fuerte que nadie que quiere dominar el mundo. Si la gente se entera el pánico entrará en escena y todo será un caos. Por no hablar de las muchas personas que cegadas por la avaricia intentarán hacerse con ese poder.

-¿Quiere decir que tenemos que luchar contra Saphir y a la vez hacer como que no pasa nada?

-Eso me temo joven Malfoy. Si la escuela no continúa con el Torneo la gente empezará a sospechar. Ha de ser como es.

-¿Y las otras escuelas?

-Sus directores ya han sido informados de la situación y han accedido a ofrecer a sus mejores alumnos en batalla.

-Me parece de lo más rastrero... -siseo por lo bajo. El director me oye y pronuncia una leve sonrisa.

-En cualquier caso la llegada de la joven ________ nos ha proporcionado grandes satisfacciones ¿no cree?- le miro sorprendido, ¿qué habrá averiguado el abuelete este?. Vuelve a sonreír ante mi cara de asombro sabiendo que ha dado en el clavo - Es tarde, debería volver ya al castillo. La charla con Fudge me ha dejado hecho polvo. Que pase una buena mañana señor Malfoy.


Parece que la cosa se pone cada vez más dura. _________ no sólo va a tener que combatir a un enemigo jurado, sino también pasar las pruebas del Torneo. Está claro, no puedo dejarla sola más tiempo.
No tardo ni dos segundo en echar a correr hacia el castillo de nuevo.




       "Está atrapada en una red de engaños, no dejes que la historia se repita"



3 comentarios:

  1. ho.. la ame... tuve dos semanas de depresion porque queria continuar leyendo, tu publicacion fue mi salvacion :3

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  2. Eres asombrosa! *-* me dejas sin palabras... Genial el capitulo, siguela!!!! :B saludos Paz Snape Potter Malfoy <3

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  3. Escelente , como siempre , no tengo palabras... Animos y siguela !

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