viernes, 8 de noviembre de 2013

Capítulo 26

El chico sin rostro se me acerca y se sienta junto a mi. Demasiado "junto a mi", pero no me aparto. Empieza a hablar pero no oigo lo que dice, ni siquiera puedo ver su boca moviéndose, pero mi cuerpo no deja de centrarse en él. Gira sus ojos grises en mi dirección y noto cómo un escalofrío recorre mi columna, sin embargo mi yo del recuerdo está feliz. Más feliz que nunca. Por supuesto, aunque sea yo misma la que experimenta el recuerdo y lo viva en primera persona siento que nuestros sentimientos son diferentes. Veo cómo el chico acerca su rostro al mío y mi yo hace lo mismo, siento algo raro, un sentimiento desconocido para mi, pero antes de saber a qué se debe mi yo cierra los ojos. No se qué estoy haciendo, o más bien qué "estaba", el misterioso sentimiento se hace más fuerte en mi interior pero sigo con los ojos cerrados. Esto me recuerda... Creo que sentí algo parecido cuando Draco pegó su rostro al mío durante la prueba de quidditch. Aunque no se que pretendía hacer. Y no se me ha ocurrido preguntárselo.
Cuando mi yo del pasado abre los ojos una espiral de imágenes me ciega.

Me despierto desplomada contra el pasamanos de piedra del balcón. Poco a poco me incorporo. Un nuevo fragmento, Dumbledore tenía razón. Siento que este recuerdo es muy importante. Ese chico sale en dos de mis memorias y los sentimientos de mi yo pasada hacia él son completamente opuestos. Algo tuvo que pasar... Y quizá esa sea la causa de mi falta de memoria...

-Señorita _______ ¿Verdad? -alguien interrumpe mis pensamientos. Cuando me doy la vuelta me encuentro con un señor de pequeña estatura y fino bigote. Tendrá unos cuarenta y tantos años y está medio calvo, un problema que intenta ocultar peinando sus cuatro pelos sobre la calva. Si mal no recuerdo es un jefe de empresa que me ha presentado antes el señor Malfoy.

-Si, y usted era...?

-Soy el señor Tyler, pero puedes llamarme Gabriel.

-¡Oh! De acuerdo, Gabriel... -digo poco convencida. -¿Quería algo?

-Nada en especial, es sólo que la he visto aquí fuera sola y he venido a hacerle compañía.

-Muy amable -digo fingiendo una sonrisa. ¡A ver si se larga ya este plasta! Un sexto sentido me dice que no debería quedarme con él. -Y...¿En qué trabaja? -digo para romper el incómodo silencio.

-Dirijo una empresa, para gente muy joven ¿Sabes? Hay unas cuantas chicas cómo tu trabajando para mi.

-¡Oh, qué interesante! Es usted impresionante -¿Por qué sigo halagándole? Ojalá se marche ya... Como si el destino quisiera mi perdición, el señor Tyler me sonríe y haciendo uso de su varita hace aparecer un par de copas llenas de ponche.

-Usted también es maravillosa, pasar la primera prueba del Torneo aún siendo tan joven...¡Propongo un brindis! - me tiende una copa ¡Genial! Hago el brindis y me excuso diciendo que necesito ir al baño.

-¡Brindemos! -digo para agilizar más la cosa. Bebo de mi copa mientras veo la fea sonrisa que se ha dibujado en la cara de Gabriel, que no ha bebido nada.- ¿Qué pasa? Pensé que era un brindis.

-Ya, bueno, realmente has llamado mi atención _______, no sólo por el torneo. Eres una chica, ¡Qué digo! Una mujercilla muy hermosa...-me dice con voz melosa y persuasiva. Me estoy empezando a marear, de repente siento como si hubiesen anulado mi voluntad. - ¿Qué te parecería trabajar para mi? Sería todo un honor... Anda, di que sí -dice eso último cómo una orden y yo no puedo hacer otra cosa que asentir.

-¡Estupendo! Firma aquí -vuelve a ordenar sacando lo que parece un contrato de la chaqueta. Mi cuerpo empieza a moverse solo y mi mano agarra el papel y la pluma que tiende. ¿Qué estoy a punto de firmar? ¿Qué le ha hecho al ponche? Intento resistirme al sometimiento y cada vez noto una descarga gélida por toda la espalda. He empezado a sudar del esfuerzo y Gabriel se ha dado cuenta. -He dicho que fir...

-¡Alto! -grita alguien. Veo al señor Malfoy y a un grupo de hombre de túnicas negras en la entrada del balcón. -¡Arresten a ese hombre! -ordena Lucius. La tropa de hombre de negro se aparte y retienen a Gabriel.

-¡Exijo saber que está pasando! -chilla enfurecido, se ha puesto rojo como un tomate.

-Gabriel Tyler, acusado de violación de los derechos humanos de elección, de llevar a cabo actividades ilegales como la falsificación de datos de sus empleados, contrato de menores, salarios por debajo de la mínima, pésimas condiciones de trabajo y, el empleo de la poción "Obedienccia", únicamente permitida para trabajos realizados por el ministerio, en la gente a la que contrata. -declara el que parece el jefe de la patrulla.

-¡¿Y con qué pruebas se me acusa?! -chilla. Los señores de negro miran desconcertados al padre de Draco, que frunce el ceño visiblemente molesto. - ¡Ajá! No hay pruebas.

-Estaba tratando de contratar a ________ -gruñe el señor Malfoy.

-Si, le he ofrecido un puesto en mi empresa, y puesto que ha participado en el torneo y por lo tanto es mayor de edad no estoy cometiendo ningún delito.

-¡Eso es mentira! -el señor Malfoy está fuera de sí.

-No, no lo es. ¿Verdad ______? -otra vez. ¿Qién es en realidad este tipo? No voy a permitir que se salga con la suya pero me está costando esfuerzos sobrehumanos resistirme a su voluntad. No lo voy a conseguir.

-Ss-s...

-¡Esperen! -interrumpe una voz. Draco se abre paso a través de los hombres de negro. -Ella está bajo los efectos de la poción. Yo he visto cómo el señor Tyler le entregaba la copa. He elaborado un antídoto tan rápido como me ha sido posible. -Draco mira a su padre y este le dirige una mirada como diciendo "¿Por qué has tardado tanto?" Draco le ignora y me hace beber el contenido de un pequeño frasquito. Noto cómo un enorme peso sale de mi cuerpo. Me tiemblan las rodillas. Ha faltado tan poco... No se que quería este hombre de mi pero nada bueno, eso seguro. Y yo he estado a punto de caer en su trampa. ¿Cómo he podido ser tan estúpida? No debería haber cogido la bebida de él ni de ningún otro extraño. El terror acaba por invadirme. Me desplomo en el suelo con los ojos húmedos.

-Señorita _______ ¿Es cierto? -me pregunta uno de los hombre de negro. Asiento haciendo el esfuerzo de no llorar.  Dejo de oir todo a mi alrededor, las figuras se vuelven formas borrosas y mi cuerpo no deja de temblar.

-Ya está, no te preocupes, son los efectos secundarios de la poción -me susurra Draco al oído. Me ayuda a levantarme y me pone una chaqueta sobre los hombros. -Ven conmigo.

Dejo que Draco me guíe por los enredados pasillos de su casa. Para cuando entramos en mi habitación mi cabeza funciona como debe. Me desplomo en la cama.

-Soy demasiado idiota...-me digo a mi misma.

-Supongo que te debo una explicación. -me dice Draco. Me incorporo rápidamente al oírle.

-¡¿Cómo?! -Draco suspira.

-Oye... yo no quería esto ¿vale? Mi padre lleva meses detrás de Tyler. Lleva bajo sospechas mucho tiempo pero siempre logra escurrirse y el Ministerio le restaba importancia. Ese hombre tiene casas del placer por todo el mundo. Engaña a las chicas jóvenes y las hechiza con pociones para que firmen un contrato para toda la vida. Cuando mi padre vio que, tras el Torneo, Tyler había puesto sus ojos en ti decidió tenderle una trampa y mandarle a prisión de una vez. De ahí todo el rollo del baile y de guardias del Ministerio disfrazados.

-Un momento...¿He sido un mísero cebo todo este tiempo? ¿¡Casí firmo esa mierda por tu culpa!?-grito levantándome de la cama.

-_________, lo siento, sin ti mi padre no hubiera... Yo estaba en contra, pero él no me escucha.-dice intentando mantener la calma. Pero yo puedo ver cómo está por dentro. No quiere que divulgue lo que ha hecho y está intentando ser amable, pero se muere de ganas de chillarme a la cara.

-¡Seguro, porque el pequeño Draco tiene que hacer todo lo que su papi le diga, aún poniendo en peligro la vida de los demás! ¡Porque tanto al padre como al hijo no les importa nada una mierda excepto ellos mismos! -se que me estoy pasando pero estoy tan furiosa que no puedo parar -¿Pues sabes qué? ¡Estoy harta! ¡Harta de que se me utilice en conveniencia! ¡Al principio creí que todo eran bromas y eso, pero esto sobrepasa cualquier límite! Yo no...

-¡CÁLLATE!- Draco se ha levantado de la silla y me mira furioso. -¡Ya te he dicho que yo no quería!

-¡¿Y cómo se que no es mentira lo que dices?! No soy una niña pequeña ¿sabes?

-¡¡Y-ya lo se!! -se frota el rostro con las manos mientras suspira. - Oye... de verdad que intenté impedirlo. Cuando te negaste a venir la primera vez me alegré enormemente, porque no quería que te pasara nada, y sobre todo porque no quería esto.

-¿Que es esto?

-Esto. Tener que decirte a la cara que te he traicionado por los intereses de mi familia. Tener que sentarme a ver tu expresión cuando averiguases que soy una rata rastrera, igual que mi padre... -Draco se desploma sobre la silla y se cubre el rostro con las manos. ¿Está llorando? Ya no tengo fuerzas para gritarle. Siento algo en mi pecho, una leve y agradable presión. La misma sensación que en mi recuerdo. La misma sensación que tuve con Draco en aquel entrenamiento. Antes de que pueda pararme a pensar en las consecuencias de lo que voy a decir, las palabras salen de mi boca como si fueran espíritus libres.

-¿Por qué tengo esta sensación? -Draco alza la cabeza en mi dirección, visiblemente confundido - Desde aquella vez en el campo de quidditch, cuando me arreglaste el brazo...-creo que empieza a entender de lo que hablo. Un ligero rubor cubre involuntariamente mis mejillas al recordarlo -¿Por qué te acercaste a mi de esa manera?¿Que pretendías? -Draco se sorprende ante la pregunta.

-¿Que tipo de pregunta es esa así de repente? -se ha puesto rojo.

-Oye, me lo debes después de lo de esta noche. Por favor responde, necesito saber por qué me siento así.

-Yo...no puedo. No lo se, necesito aclarar mi mente. Han pasado muchas cosas últimamente.-ambos nos levantamos. -Me tengo que ir ya, mañana vendré a buscarte para volver a Hogwarts.

Asiento y cuando Draco está a punto de salir le freno.

- Draco...Creo que inconscientemente he puesto mi confianza sobre ti. Por favor no me...

-Por favor no lo hagas -me corta - te voy a decepcionar de nuevo.

Y sin decir nada más me deja sola en la enorme habitación.

Confundida.

Traicionada.



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