lunes, 11 de noviembre de 2013

Capítulo 27

Ha pasado una semana desde que volví de la mansión de los Malfoy. Han pasado muchas cosas. La entrevistas del torneo, las muchas preguntas de Hermione y Rachel, el hecho de que Draco me ha evitado todo el tiempo. Son demasiadas cosas y la lista no acaba, he de descifrar el huevo para la siguiente prueba, pero, a pesar de todo no es eso lo que más me preocupa. Hay otra cosa que abarca un gran espacio en mi cabeza, una sensación. La sensación de estar olvidando algo, la que empezó durante mi estancia con los Malfoy. No dejo de sentirla y es muy desesperante. En fin...

Tras estar un par de horas con Hagrid he decidido dar una vuelta por la periferia del bosque para olvidar un poco. Camino despacio, con cuidado de no resbalar por el fino manto de hielo que cubre la tierra. Ya estamos en invierno y se nota. Llego hasta la orilla del lago, busco el tronco caído en el que me he sentado las últimas cuatro veces que he venido y observo el inmenso lago, ahora congelado.

Salgo de mi trance casi cuarenta minutos después. Casi sin darme cuenta me he quedado medio hipnotizada. Tengo los dedos de las manos congelados y muy rojos así que creo que ya es hora de volver. Camino por el borde del bosque una vez más, mirando atentamente las zonas heladas del suelo. Ya casi me se de memoria dónde puedo pisar y dónde no, sin embargo el camino ha cambiado. Hay un circulo negro en el suelo, no es muy grande y parece como si hubiesen encendido una hoguera allí. Pero eso no estaba cuando he venido...
Dirijo mi mirada hacia la profundidad del bosque y veo marcas similares que forman una especie de rastro. Algunas en los troncos de los árboles e incluso en varias rocas. Esto me recuerda a aquella marca que me encontré en el suelo cuando me adentré en el bosque. Recuerdo que la criatura que la dejó se movía veloz entre la espesura, evitando que la viese pero atenta a mis movimientos. Recuerdo que sentí... miedo.
Me apresuro a alejarme de ahí cuanto antes cuando oigo una voz que resuena en mi cabeza. Mis tímpanos retumban. Mi cuerpo no resiste y caigo sobre la nieve.

"________, ________..." es una voz profunda,que me resulta extrañamente familiar, aterradora.

-¡¿Quién eres?! -grito mirando el interior del bosque desesperada.

"Nos conocimos, tiempo atrás... _______..... Recuerda..." La voz se ha convertido en un triste y amargo lamento. Una súplica desesperada Unas intensas ganas de sanar esa voz se apoderan de mi. Quiero ayudar a su dueño.

-¿¡Dónde estás!? ¡Muéstrate! -le pido.

"No... aún no... debes recordar..."

-¿Puede ayudarme?¿Cómo sabes..?

"Yo se muchas cosas..." me interrumpe "Yo he vivido muchas cosas..."

-Dime al menos qué quieres de mi. Dime por qué te has puesto en contacto conmigo... -la voz cada vez es más delicada y suave. ¿Quién es?

"Para prevenirte... Corres un gran peligro... Muchas cosas están a punto de pasar...cosas malas... no debes fiarte de nadie... No confíes en la esmeralda..."

-En la esmeralda...¿¡Qué significa eso!? -no entiendo nada. Noto cómo la voz va desapareciendo y antes de que lo haga la interrumpo. -¡Espera! ¿Quién eres?¿Dónde puedo encontrarte?

"Búscame cuando el agua se torne en fuego, allí donde el sol toca la tierra..." y se va.

¿Qué rayos ha sido todo esto? Muchas preguntar sin respuesta se forman en mi mente, como si no tuviera ya bastante...No puedo más, tengo que contarle todo a alguien, Dumbledore tiene que saberlo.
Dicho y hecho, en un abrir y cerrar de ojos llego a su despacho y se lo cuento todo. Desde los últimos recuerdos, el plan del señor Malfoy, la extraña sensación que me consume, hasta este último encuentro.

-Se que son tiempos difíciles para ti _______, pero después de la tormenta siempre llegará la calma. Aún tienes tiempo para descifrar el huevo así que no te preocupes por eso. Concéntrate en encajar las piezas de tu pasado. Si es cierto que conociste al dueño de esa voz de la que hablas, su presencia aún estará en tu interior. No voy a mentirte ______. Tu misión es muy difícil y no puedes saber si tu pasado es trágico. Mi único consejo es que no dejes la carga únicamente sobre tus hombros, confía en tus amigos, deja que te ayuden. Creo que hay cierta persona con la que deberías hablar...

-¿Se refiere a...?

-Me refiero a que a veces las personas que menos esperamos nos son de más ayuda lo que crees. Sólo hay que darles la oportunidad. Ahora si me disculpas... la cena está a punto de comenzar.

Salgo del despacho de Dumbledore. Se ha referido a Malfoy..., quizá debería hacerle caso. Pero ha sido él quién se ha distanciado de mi para aclarar su mente. Quizá no seamos tan diferentes en eso.
De todas formas ya lo decidiré mañana, ahora necesito comer algo.


Bajo al comedor y me siento junto a Ailén. Comemos y charlamos como siempre y una vez llenas vamos a la sala común de Slytherin. Como todas las noches cojo el cetro y el libro de Igneis Bellatore y leo los símbolos. Me los sé de memoria, todos y cada uno de ellos, y a pesar de ello no recuerdo el significado de más de dos.

-¡Hey ______! -dice Ailén -Deja ese libro tuyo y vamos a hacer algo divertido.

-Está bien... ¿Qué quieres hacer?

-No se... ¿Qué tal si.. -la sonrisa pícara que pone no me gusta nada en absoluto.

Y tenía razón. No debería haberle seguido. Mejor dicho, ha sido la pero idea del mundo. Me ha llevado hasta nuestro cuarto y ha cogido unas cuantas bolsitas de colores de su cómoda. Luego a escondidas nos hemos colado en los dormitorios de los chicos, y aquí estamos.

-Ya verás. -dice Ailén tras vaciar las bolsitas en las camas de los chicos. -Esta noche cuando se acuesten no lo notarán y mañana... bueno, digamos que mañana se levantarán sorprendidos.

-¿Esto es una venganza por que tu novio te ha dejado? Porque él es de Ravenclaw ¿no? -pregunto, con falta de tacto a decir verdad.

-Bueno, es una venganza contra todos los hombres, por ser tan capullos. -me responde con una sonrisa.

-Bien, pues si ya has terminado deberíamos volver. No quiero que me castiguen.

-¡Ah no! Aún queda el plato gordo -dice. Mierda...

Avanzamos por el pasillo de los dormitorios hasta una puerta doble.

-¿Qué hay aquí? -pregunto extrañada.

-Aquí, querida ______, está la habitación del pez gordo de Slytherin.

-¿Cual? ¿Crabbe o Goyle?-pregunto.

-¡No tonta!¡No ese tipo de gordos! ja ja ja... Me refiero a que ésta es la habitación del famoso príncipe de Slyhterin, y puesto que sus súbditos van a recibir, no es justo que él se quede sin nada.

- Un momento... ¿Es la habitación de...

-¡Hey!¡¿Qué hacéis vosotras dos aquí?! -nos interrumpe una voz a nuestras espaldas.

-¡Mierda nos han pillado!¡Corre! -grita Ailén y ágilmente empuja al chico y corre veloz. Yo no soy tan avispada y me quedo parada sin saber qué hacer. Intento imitarla pero estoy insegura y el chico preparado para una segunda huida. Me agarra por un brazo y me detiene.

Tenía que ser el prefecto...




              "A veces es imposible huir. Y más difícil es si te abandonan"

3 comentarios:

  1. khahcjsshsi me encanta siguela!! *-* han pillado a la rayis! :O pobre rayis :(

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  2. Me ha encantado
    Pobre de _______________
    se quedo ahi sola
    y alcanzo a correr :S
    Siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa n.n

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  3. me encanta tu novela siguela plis no sabes cuanto ansio para leerla

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