domingo, 16 de marzo de 2014

Capítulo 45

Una semana.

Una larga y dura semana tras la caída del enemigo. Tras la pérdida de un amigo. Tras el renacimiento de la era de los jinetes.
No voy a mentir a nadie. No estoy feliz, me cuesta vivir. Nunca antes había estado tan sola, tan perdida. Durante siete día he evitado el contacto con casi todo el mundo. Me dedico a coger comida de la cocina y subir a la torre de Astronomía para contemplar el cielo. Un cielo que una vez fue cercano, y que ahora se encuentra demasiado lejos para mi.
Ahora es de noche y los astros brillan con fuerza en el firmamento. Pequeñas luces doradas que no hacen más que recordarme los amarillos ojos de Evenaar.

-Cómo has podido hacerme esto... -le digo. Mi corazón aún ansía una respuesta, una respuesta que nunca llega.

-Deja de torturarte, __________-oigo una voz a mis espaldas. Draco camina hacia mi pero le interrumpo antes de que pueda acercarse demasiado.

-Por favor Draco, quiero estar sola -me incorporo del suelo sobre el que estaba tumbada, pero evito en contacto visual.

-Llevas diciendo eso toda la semana -suspira. -Escucha, entiendo que esto es difí...

-No, ¿Qué vas a entender tu?. No sabes nada, puede que ahora seas lo que yo fui una vez, pero no te puedes comparar con la vida que Evenaar y yo tuvimos -sin darme cuenta le he empezado a gritar, a acusar. Me duele sentirme así. Quiero apoyar a Draco en esta nueva vida que tiene, pero simplemente no puedo. Tiene todo lo que quiero, pero no es justo para él. -Lo siento...No sé qué me ha...

-No importa -dice envolviéndome en sus brazos. Añoraba sentirle junto a mí, lo he echado de menos. -Sé que esto no es fácil para tí, y quiero hacer todo lo que esté en mi mano para que así sea. Pero déjame ayudarte.

Por toda respuesta le estrecho aún mas entre mis brazos y escondo mi cara en su pecho, consciente de que las lágrimas han empezado a asomarse.
Nos quedamos así por un tiempo. Quietos, en silencio, llenándonos con la presencia del otro. Hasta que por fin logro calmarme. Me separo un poco de Draco pero éste me sujeta por la cintura por lo que nuestros cuerpos aún permanecen pegados. Draco me limpia las lágrimas que enturbian mi mirada.

-Ya está, eres fuerte, vas a superarlo. -dice con la convicción suficiente para que me tranquilice por completo.

-Tienes razón, creo que iré a comer algo. -le digo.

-Eso está mejor. -me sonríe- . Y ahora si me permites...Bueno, lo voy a hacer aunque no me lo permitas. -concluye acortando la poca distancia que nos separa y besándome con ansia. He añorado el sabor de sus labios. Desde que me desprendí de Evenaar por fin vuelvo sentir algo en mi corazón. Algo que cada vez es más intenso. Draco posa sus manos en mi cadera y yo estiro las mías tras su cabeza. Noto como su lengua pide permiso para entrar en mi boca, permiso que no tardo en conceder. Oigo su corazón latir y es probable que el escuche también el mío. En mitad de todo el calor siento una agradable frescura cuando las frías manos de Draco se introducen en mi camisa y recorren mi espalda con sus dedos. Yo acaricio sus finos cabellos de plata, no quiero que esto acabe nunca... Y como reaccionando a mis pensamientos, Draco se separa con una sonrisa en sus labios. Quiero besarlos de nuevo pero el me lo impide. Le miro extrañada y el se ríe.

-¿Qué tiene tanta gracia? -pregunto toqueteandome el pelo en busca de algún objeto que nodebiera estar ahí.

-Nada. Es sólo que nunca me había dado cuenta de lo bien que besas.

-¿Y eso es gracioso? -levanto una ceja.

-No sabes tú cuánto. -pasa su brazo por mis hombros y me da un beso en la frente. -Venga, vamos a comer algo.

No entiendo nada.




Llegamos al comedor, que no está especialmente lleno. Es extraño, se respira inseguridad en el aire. Muchos de los que comen, o fingen comer algo, se giran para ver quién entra, y apartan la mirada al descubrirlo.

-No les guardes rencor. Han muerto varias personas recientemente, y es comprensible que seas a quién culpen de su frustración. Dales tiempo. -dice Draco. Me aprieta la mano para darme fuerzas, cosa que agradezco.

-Nunca pensé que dirías algo así. Me gusta esta nueva faceta tuya. -Draco se tapa la cara como puede, pero es fácil ver que se ha sonrojado. Decido no meterme más con él y me agarro de su brazo. -Venga, comamos algo.

Le guío hasta la mesa de Slytherin y ahí pasamos todo el mediodía. Draco me habla de cosas sin importancia para evitar cualquier tema delicado y se lo agradezco, pero me he prometido que iba a avanzar y esta no es la forma de hacerlo.

-¿Qué tal te va como jinete? -le pregunto. Draco se sorprende y se calla durante unos segundos, meditando la respuesta con cuidado. Estiro mi mano hacia él y agarro la suya, me mira desconcertado pero le sonrío. He de apoyarlo.

-Bueno...Se me hace raro. Me cuesta bastante comunicarme con ella, cuando habla en mi cabeza siento un dolor muy fuerte así que le pido que pare. Creo que eso le pone triste pero no sé qué más hacer. Por otro lado aún no me atrevo a montar. Todo a su tiempo.

- No te preocupes, yo también pasé por eso. Al principio tanto el dragón como el jinete están inseguros. Su lazo es débil y no se comprenden del todo. Por eso es importante dejar la mente abierta, sin resistencia. Debes dejar que ella escudriñe cada rincón de tu mente, una vez vea que confías en ella, serás capaz de oírla con claridad.

-¿Y cómo hago eso?- pregunta confuso. - Yo no quiero oponer resistencia pero al final...

-Eso es porque inconscientemente te pones nervioso, y es comprensible, a ver; estamos hablando de una bestia de siete metros. -me río y eso parece relajarle un poco - Pero no te inquietes, es normal al principio. Ya verás cómo lo consigues.

Me mira agradecido, más que nunca. Me siento fatal por él. Su vida ha sufrido un cambio que no ha tenido más remedio que aceptar y yo le he dejado solo con sus problemas. No me había dado cuenta de lo difícil que es el comienzo. A partir de ahora juro ayudarle en lo que me pida.

-Gracias por escucharme. -me dice. Yo le respondo con una cálida sonrisa cuando de repente siento un ardor en el pecho. No duele, más bien es algo que se limita a estar ahí, ofreciéndome su calor. Desaparece antes de que pueda averiguar más así que no le doy mucha importancia.

Nos quedamos un rato más en la mesa hasta que no puedo reprimir un gran bostezo.

-Lo siento, no he dormido muy bien esta semana.- me disculpo.

-Ven, vayamos a descansar un rato. -Draco se levanta y yo le imito. Ambos nos dirigimos a la sala común en silencio, pero un silencio cómodo, simplemente disfrutando de la presencia del otro. Es bastante reconfortante sentir a Draco a mi lado, parece como si nunca me fuese a dejar sola otra vez. Siento una punzada de dolor al pensar de nuevo que yo sí le he dejado solo, pero eso es un error que pienso enmendar desde ya.
Llegamos a la sala común, vacía. No es que la casa de Slytherin haya sido muy ruidosa, pero cuando hay genteno se siente tanta soledad como ahora. Soledad... Saco esa palabra de mi cabeza recordando las promesas que me acabo de hacer. Aún así el sentimiento prevalece.
Observo a Draco, de espaldas delante de mi. Instintivamente le agarro del jersey, temiendo que se vaya.
Draco intenta girarse pero le sujeto con fuerza.

-¿P-puedo......?- mi voz es un leve susurro.

- Perdón, no te he entendido.- siento que mis mejillas arden, pero lo repito.

- M-me gustaría...dormir contigo -esta vez apoyo mi cabeza contra su espalda. - ¡S-solo dormir! -me apresuro a aclarar. Creo que mi cabeza va a estallar, tengo la cara al rojo vivo y oigo mi pulso a toda velocidad. Draco se gira inesperadamente, librándose de mi agarre.Rápidamente escondo mi cara en su pecho, acción que le saca unas carcajadas.

-Ja, ja, ja. Por supuesto. - me abraza contra él y el nudo que había en mi estómago desaparece de inmediato. Sonrío para mis adentros.

- Entonces iré a por algo de ropa -digo y seguidamente corro hacia mi cuarto antes de que Draco logre ver mi cara.

Mi cuarto sigue abandonado. Hace días que no duermo aquí, y no he vuelto a visitar a Ailén. Soy horrible, he dejado a todos de lado cuando lo necesitaban para sumirme en un mundo de depresión yo sola. Bien, pues eso se acabó. Pienso seguir adelante, me lo repetiré cuantas veces haga falta.
Agarro una camiseta blanca de manga corta y el pantalón del pijama largo. Me lo pongo y bajo a la sala común de nuevo, pero ya no hay nadie. "Estará en su cuarto" pienso. Dudo cuando subo hacia los dormitorios de los chicos, si alguien me viese... Pero después de todo si alguien me ve no sería lo peor que me ha pasado. Continúo hasta la gran puerta del final del último pasillo y toco. Nadie responde, nadie abre. ¿Será que no está aquí?. Me aventuro a abrir la puerta para comprobarlo. Esta se abre con un ligero chirrio que me pone los pelos de punta. Expulso el aire que había estado conteniendo al ver a Draco tumbado en su cama. Su pecho sube y baja con un ritmo suave y tranquilo. Me acerco despacio para no despertarle. Con cuidado me siento al borde de la cama, sin dejar de mirarle. Cuando duerme parece un niño que desconoce los problemas del mundo exterior, tan tranquilo... Es casi hipnotizante. Un mechon de pelo le cae por la frente, salvaje. Despacio y con suavidad se lo retiro, deslizando mis dedos por sus perfectas facciones. Una mano agarra la mía asustándome. Sin abrir los ojos, Draco sonríe. En un abrir y cerrar de ojos rodea mi cintura con sus brazos y me arrastra entre las sábanas. Segundos despues tengo a Draco encima de mí. Junta su frente y la mía.

-No deberías irrumpir en los sueños de la gente ¿lo sabías? - dice arrogante. Así que esas tenemos...

-Bueno, no creo que sea un problema puesto que de fijo que estabas soñando conmigo, ¿me equivoco? -esta vez es él el que se sonroja.- ja, ja, ja, he dado en el clavo ¿eh?. Deberías verte la cara. Ja, ja, ja.

-¿Disculpa?- se hace el ofendido. - No he sido yo el que estaba como un tomate pidiendo que durmieramos juntos -sonríe victorioso. Será... Rápidamente le empujo para que se incorpore, cojo la almohada y antes de que pueda reaccionar se la estampo en la cara.

- ¡JÁ!- me burlo.

-¡Oye! - mientras me río recibo un almohadazo en el costado. Draco no suelta su arma así que busco algo con lo que atacarle. Le voy tirando los pequeños cogines de la cama, y aunque alguno llega a darle, la mayoría los desvía o evita con la almohada. Pronto me quedo sin munición. Nuestras miradas se cruzan y sé que estoy perdida. Intento huir pero mi torpe paso sobre la cama es demasiado lento. Justo cuando estoy al borde de la cama dos fuertes manos me echan hacia atrás. Ambos volvemos a caer en el colchón, riendo.

-¡Eres una cobarde! -dice entre carcajadas.

- ¡Y tu un fastidión! -le respondo. Nos quedamos en silencio, solos con nuestras agitadas respiraciones. Ruedo para estar cara a cara con el rubio chinchón. Nos miramos en silencio. Observo cada detalle en su rostro, cada gesto. Todo existe en armonía. Una vez mas recorro sus facciones con mis dedos bajo su atenta mirada. Por sus ojos tan claros como la luna, por sus mejillas, cubiertas de un rubor apenas visible... No me da tiempo a llegar a los labios pues estos se juntan con los míos. Es un beso tímido, suave, pero cargado de amor. Es un beso demasiado corto. Draco besa mi nariz, y más tarde mi frente.

-Venga, durmamos un rato -dice con una dulce sonrisa. Mi cabeza no piensa lo suficientemente rápido para detener las palabras que se escapan de mi garganta.

- No quiero dormir. - Draco abre mucho los ojos, sorprendido. Esta vez soy yo la que inicia el nuevo beso. Paso mi mano tras su nuca y lo acerco a mi, presionando nuestros labios hasta casi fundirlos. Draco no se resiste y empieza a recorrer mi espalda con sus dedos. Pronto nuestras lengus se encuentran de nuevo, eufóricas. Draco besa la comisura de mis labios, y baja hasta mi cuello rozando mi piel con la suave superficie de éstos. Sus manos pasan debajo de la camiseta y su fría piel me provoca un escalofrío. Estoy feliz...
Draco para repentinamene.

-_________... ¿Estás segura? Si sigo no podré contenerme. -dice. A pesar de que el traidor rubor vuelve a aparecer en mi cara, asiento. Draco pronuncia una sonrisa que le llega a los ojos, eso que una vez me parecieron tan lejanos. Esta vez, con más calma me besa de nuevo, yo deslizo mis manos bajo su camisa, acariciándo su pecho, para luego desabrocharla. Poco a poco nos vamos quedando sin ropa y mientras nos unimos en cuerpo y alma, los pensamientos florecen en mi cabeza. No sé que hubiera sido de mí si aquella vez el profesor Moody no le hubiese obligado a acompañarme a por la varita. Probablemente hubiera seguido molestándome, nunca hubieramos bailado juntos y yo... yo estaría muerta. Pienso en lo mucho que le debo a esta persona, que ha sufrido tanto por mi culpa y que aún sigue estando a mi lado. Pienso en lo mucho que dependo de él en estos momentos. Pienso que, si él se va, estaré sola, completa y absolutamente sola. Nunca antes había sentido tanto miedo, tanta miseria. Pronto las lágrimas brotan de mis ojos. "No quiero estar sola, no quiero estar sola..." pienso. Draco para rotundamente y me mira preocupado.

-¡_________! Lo siento, ¿te he hecho daño? -pregunta angustiado. Quiero decirle que no, quiero que sepa que me ha hecho la chica más feliz del mundo, pero el sentimiento se queda; "soledad". Mi respuesta se ve ahogada por un llanto, no puedo dejar de llorar y me odio por ello. Draco se separa completamente y me abraza con fuerza, sin saber muy bien por qué estoy así. He arruinado completamente el momento. "Idiota, _________, eres idiota". Soy idiota, soy idiota, soy id..

-...iota, soy idiota... -comienzo a susurrar sin darme cuenta.

-Oye... no eres idiota, cuéntame ¿qué ocurre? -pregunta calmado. Su voz ahora mismo es miel para mis oídos, pero aún así no logro que las lágrimas se detengan.

-Nunca...

-¿"nunca" qué? -pregunta confuso.

-Por favor... nunca te separes de mi -logro decir finalmente. Acurruco mi cara en su pecho desnudo, cubierto por pequeñas gotas de sudor. Aspiro el característico olor a Draco, no quiero dejar de sentirlo junto a mi.

-¡Tonta! ¿Cómo me voy a separar de ti? Me tienes agarrado como un koala. -se ríe. Alzo la cabeza para que entienda que esto va más allá. Que comprenda que sin él yo podría morir. Me siento como una posesa, creo que me estoy volviendo loca, pero necesito saber que él se quedará.

-Draco...por favor. Dime que vas a estar conmigo, que no me vas a dejar sola... -Draco me mira con seriedad. Agarra mis manos con fuerza, con demasiada fuerza.

-No vuelvas a preguntarme eso -dice con un tono envenenado. -No te atrevas a dudar siquiera. _________, hemos pasado por mucho, no me hagas esto. -comprendo de pronto a qué se refiere.

-¡NO! No, claro que no. Lo siento, es sólo que...-cojo aire profundamente. -Es sólo que depués de perder tanto, eres lo único que me ata a este tiempo. Si llegases a marcharte probablemente mori...

-¡Oh!¡Cállate!.__________ no vuelvas a decir nada más. -suelta mis manos para estrujarme contra él.

-Dra...

-¡Shhh! -me interrumpe. Simplemente se queda así, abrazándome. No me atrevo a moverme, no me atrevo casi ni a respirar. Tras unos minutos que se me tornan eternos, Draco se separa. Agarra mi rostro entre sus manos y junta nuestras frentes para regalarme la mas veraz de las miradas. - ¿Qué voy a hacer contigo? Ya no me puedo enfadar, ¿lo ves?. ¿Tan ciega estás?. Desde que apareciste me has hecho experimentar de todo. Ahora puedo perdonar, puedo luchar....puedo amar. No quiero que pongas eso en duda jamás, porque de no ser por ti yo no sería nada. Has cambiado mi vida y sólo puedo compartirla contigo, ¿me entiendes? -me limpia las lágrimas con sus dedos antes de besar ni nariz.- Te quiero.- cojo sus manos entre las mías y sonrío.

-Te quiero -repito.

-Espera un segundo -dice. Rueda hasta el borde de la cama y abre un cajón de su cómoda, momento que aprovecho para tapar con las sábanas mi busto desnudo. Al girarse Draco se ríe.

-ja, ja, ja, ¡No seas puritana ________!. No hay nada tuyo que no haya visto todavía .-suelta pícaramente. Yo le tiro un cojín.

-¡Cállate! -le digo roja como un tomate.

-Venga, no te piques. Ven, acércate.

Con cuidado de que no se resbalen las sábanas voy hasta el borde de la cama. Draco no para de reirse.

-Y pensar que eres una brava guerrera. ¡Quién te veía y quién te ve!. Toma -dice lanzándome su camisa. -. Ponte esto tonta.- le hago caso y me siento junto a él. En sus manos hay un par de piezas, una gema verde y una estructura de plata en forma de serpiente. Con un "clic" une ambas, quedando la serpiente alrededor de la gema, pronto descubre que se trata de un anillo.

-Lo compré hace bastante. Tenía intención de dártelo como presente por entrar en Slytherin, pero por aquel entonces discutiamos bastante así que... De todas formas me alegro, ahora tiene un valor mucho más grande. Con esto, _______, quiero cerrar una promesa. -dice colocándo en mi dedo. -La promesa de que estaré siempre contigo, como compañero, amigo, y marido. Si tu me aceptas. -se ha sonrojado y yo aún estoy flipando. Un compromiso. No encuentro las palabras para responder. Al ver que no digo nada, Draco se pone más nervioso. - No tiene que ser ahora, claro, pero estoy seguro de que me es imposible pasar mi vida con nadie má...

-¡¡Claro que sí!! - me abalanzo sobre él haciendo que caigamos sobre la cama. Beso su frente, su comisura, su boca. Quiero saborearlo todo y ahora sé que tengo toda una vida para hacerlo. Ambos reímos y nos besamos, pero el cansancio que llevábamos arrastrando pasa factura y acabamos acurrucado entre las sábanas.

-Te quiero -susurro en su oído.

-Más te vale repetirlo mil veces porque me debes una "bieeeeeeen" gorda. -me sonrojo cuando entiendo a qué se refiere. Bufo y golpeo su pecho con suavidad.

-Eres un engreído, pero te quiero, te quiero, te quie.... - no llego a terminar la frase puesto que un sueño mágico se apodera de dos almas que yacen juntas ahora, y para siempre.





                                               "Ahora y para siempre"

 

 

 

Fin 

 

 

N.A.:

Muchas gracias a todas por haber seguido la novela. Para mi ha sido una gran (y primera) experiencia. Me ha encantado compartir mis ideas con todas y que os hayan gustado, de verdad. La verdad es que iba a terminar la novela aquí pero según estoy escribiendo esto se me han ocurrido un par de ideas para un epílogo así que voy a empezar a escribirlo. Se podría decir que el próximo cap será el que finalice por completo la historia. ¡¡¡Un beso muy grande a todas y espero que hayáis disfrutado leyendo!!! 

Besos, Vic. 

 


3 comentarios:

  1. ¿QUEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEÉ? ¡¿ESTAS DE COÑA NO?! Ah, pero como eres mmmmmmmmmmmuy buena persona, habrá una segunda temporada, o yo que sé, algo más, nee, no me puedes hacer esto, ¿lo sabes no? Iré a tu casa, y como no escribas... ASDFGHJK No me basta con un epílogo...

    En fin, que como siempre me voy por las ramas... ¡POR MERLÍN! Me encanta como escribes, aaaaaaaaaaaaah. No puedo creer, es todo muy romántico, y bonitos, y...y...y... Necesito un diccionario porque me quedo sin palabras...

    Bueno. ¿sabes? Aunque yo no he estado desde el principio, valoro muchísimo tu trabajo, y de escritora a escritora, te has ganado completa y absolutamente mi respeto, es increíble tu forma de escribir y de hacer que, tan solo leer un párrafo, ya te sientas dentro del ambiente. Creo que tienes, (sé que tienes) mucho futuro con esto, y claro, tienes todo mi apoyo. Da gusto, navegar por internet y encontrar esto, ya que mayoritariamente -no todas- las demás novelas tienen la misma trama, o tienen muchos errores y eso -para nada les quito el esfuerzo y el empeño que ponen para escribir-.

    Y desde ya declaro esta novela como mi favorita en TODOS los sentidos.

    Nee, de nuevo me lío mucho...

    ¡ESPERO EL EPÍLOGO Y DE VERDAD, VIC, GRACIAS POR ESTA INCREÍBLE HISTORIA!

    ·Dama.

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  2. aaaaaaaaaaaaa me encanto el final , y lo mejor es que termino eld ia de mi cumpleaños jajaja . me encantaria que isieras una segunda temporada porfa asla besos
    L.A

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  3. NOOOOOOOOOOOOOO!!!!!! I hate you!! :( por favor síguela no la termines!!! :( casi Mori pero fue tan lindo!!!! :'] hfsjsdksbddu te adoro solo por escribir esta nove xd shxkdd síguela y si escribes otra nove me la pasas si ;) mandas el enlace :B por facebook Paz Calderón DePhelps saludos best wishes Paz :)

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