Corro lejos de todos los que me han rodeado hace segundos. Noto cómo me late la cabeza y voy dando traspiés continuamente. Aún así no paro, no después de lo que ha pasado. Harald ha intentado besarme. Besarme... parece como si hubiese olvidado el significado de la palabra... Dejando eso de lado, ha sido Draco quién me ha sacado... Dios... ¿Por qué se tiene que complicar tanto todo?
Estoy helada y se supone que después de todo esto debería hasta llorar...Sin embargo me alegro, he recuperado un nuevo fragmento, y el escudo de armas de ese lugar se ha grabado en mi mente. Eso me da más pistas que investigar. Por otra parte estoy calada hasta los huesos así que más me vale llagar al castillo cuanto antes.
-¡AAAAAAH! -grito cuando me hundo en un lodazal. Genial...¿Podrías ser peor?
-¡__________!- oigo que me llaman. Al parecer si podía ser peor. Draco se planta delante mio y me ayuda a sacar los pies del barro. -¿Te encuentras bien?¿Ese nórdico idiota te ha hecho algo? -pregunta agarrándome las muñecas con una fuerza considerable.
-No, no le ha dado tiempo -respondo y me suelto de su agarre para cerrar el abrigo sobre mi torso descubierto. Draco me descubre y realiza una sonrisa malvada.
-Mejor, así yo seré el primero. Devuélveme mi abrigo -dice el muy...
-No, ni en broma
-Creo que no puedes decidir, ya que es MIO -dice enfatizando la última palabra.
-Si te acercas más grito. Y si grito es muy probable que Harald me oiga y venga -le amenazo, lo que parece molestarle bastante. Me mira durante un rato y concluye.
-Está bien. Vamos, te acompaño a la enfermería
-¡Ah, no! Creo que he estado en la enfermería mas veces que todos los alumnos juntos, estoy bien, sólo me quiero dar una ducha y cambiarme de ropa.
-Pero... -le corto con una mirada amenazadora. El se ríe y volvemos juntos al castillo.
Lo que no sabíamos era que un joven nórdico nos miraba escondido tras la espesura del bosque.
Llegamos a la entrada de la sala común de Slytherin. Por suerte no hay casi nadie en el colegio y eso me ha evitado la vergüenza de que me vean con este aspecto. Entramos en el salón y me dirijo a las escaleras que dan a las habitaciones de la chicas.
-Ejem... -se hace notar Draco. Y extiende la mano para que le dé el abrigo. Antes de que le de tiempo a reaccionar subo rápidamente. Es terreno prohibido para él así que estoy a salvo. No pienso dejar que me deje en sujetador en mitad de la sala. Es un asqueroso rubiales... Sin darme cuenta he empezado a sonreír.
No se cuantas veces van ya ¿Cuatro, cinco? En fin, por última vez hoy, me meto en la ducha para quitarme el lodo. Salgo y me pongo algo de ropa para ir rápidamente a la biblioteca.
Por supuesto Hermione no se ha movido de allí y me la encuentro sumergida entre numerosos pergaminos y libros.
-¡Oh,_______! Me alegra que ya estés aquí. He descubierto un montón de cosas y algunas te pueden ser de gran utilidad. Pero primero dime que te ha dicho el señor Ollivander. -dice al verme.
Le cuento todo lo de la cuarta escuela de magia y de la procedencia del cetro.
-Bien, sobre la desaparición de la escuela no puedo decir mucho más. Lo que le pasó es un gran misterio. Por otra parte, sobre ella si he descubierto un montón de cosas que te van a encantar. - Saca un gran libro con la cubierta polvorienta y lo abre. - Ignei Bellatore, una de las cuatro antiguas escuelas de Magia y Hechicería. Entrena a sus aprendices en el arte de la doma de los draconems, término del latín que hoy en día se emplea para referirse a los dragones.
-¡Dragones! -Me fijo en las magníficas criaturas dibujadas en detalle sobre el libro. En una esquina reconozco el dibujo que hay grabado. Es el escudo de armas del castillo de mi sueño... Y la criatura que yo montaba...¿Podría ser un dragón? Hermione seguro que me ayuda a averiguarlo, pero no sabe lo de mi pasado olvidado ¿Debería contárselo? Si... puedo confiar en ella. Le cuento todo, incluso los fragmentos recuperados. Y después formulo mi pregunta.
-¡Por supuesto! -responde a mi duda. - Hay una alta probabilidad de que esos recuerdos muestren tu pasado como Jinete del Fuego.
Tras este enorme descubrimiento Hermione procede a explicarme las propiedades del cetro. Era antiguamente usado para dominar a los dragones, sin embargo, a pesar de ser capaces de realizar los hechizos comunes decentemente, su verdadera magia requiere ser liberada por una lengua diferente; La Lengua de los Dragones. Algo que sólo se aprende una vez los Jinetes unían lazos con su dragón ya domado. Es increíble. Aunque no se cómo me va a servir eso de algo.
Nos pasamos toda la tarde investigando, y una vez agotada, Hermione se marcha a ducharse. Yo me quedo con el antiguo libro de la escuela de Jinetes. Ya lo he leído dos veces pero me sigue pareciendo fascinante. Cuando la biblioteca cierra me llevo el libro conmigo. Voy a la sala común de Slytherin, que está vacía, y me siento en una butaca con el cetro a mi costado. Repaso una y otra vez los símbolos que hay representados en la vieja página, concentrándome para hallar el mínimo reconocimiento. No parece que eso vaya a ocurrir. Estoy por darme por vencida cuando, en una de las últimas páginas hay un extraño símbolo que me llama la atención. Es como si me llamara... Paso los dedos por encima de la tinta ahora seca y unas palabras desconocidas vienen a mi mente como ráfagas de conocimiento. Y sin pararme a pensarlo, las digo.
-¡Riddah! -el cetro comienza a brillar en mi mano y justo como la primera vez que lo cogí, arde en llamas que no me queman, pero esta vez, se quedan. Apunto con él hacia la chimenea apagada y del cetro sale una pequeña bola de fuego que la enciende. Sonrío, esto demuestra que realmente sí soy una Jinete, o lo fui. Tengo que contárselo a Dumbledore. Tan solo con pensar en que el cetro se apague, este lo hace.
Salgo corriendo para dar las mejores noticias que he tenido hasta ahora.
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ResponderEliminarMe ha fascinado no puedo esperar para que pongas el siguiente capitulo n.n
ResponderEliminarmmmmmmm me encantaria poder platicar contigo me podrias mandar tu correo si no es mucha molestia :))
Claro! Estoy encantada de que sigas la nove!
Eliminarmecomounapatata@gmail.com