domingo, 1 de septiembre de 2013

Capítulo 3

He seguido al director hasta su despacho, donde nos encontramos en estos instantes, la profesora McGonagall no tarda en venir.

- Y bien joven _____, tu entrada nos ha sorprendido a todos. Dime, ¿Cuáles son tu propósitos aquí en Hogwarts?- pregunta Dumbledore.

 Vaya, ¿Debería contarle mi secreto?¿Dejar que sepa que no recuerdo nada? Algo en sus pálidos ojos me dice que ya lo sospecha, pero no es una mirada seria, sino comprensiva.

- Yo...Director, no se por qué pero hace tres días que desperté en unas ruinas del norte, no recuerdo nada que precediera ese momento. Sólo supe mi nombre por la etiqueta de mi jersey. - hago una pausa pero la mirada del director me incita a continuar - Verá, no tengo ni idea de cómo ni por qué he viajado sin descanso hasta aquí, pero algo me dice que es dónde encontraré respuestas. Por favor, no me eche todavía.

McGonagall mira al profesor con clara duda en los ojos pero el se limita a contestar.

- Hogwarts ofrece su ayuda a todo el que la merezca...hazte merecedora de ella. Por cierto Minerva, Hagrid tiene bastante trabajo este año, sería estupendo poder conseguir a alguien que le ayude. Esto es todo, pueden retirarse.

Dumbledore hace una seña a McGonagall y esta me indica que le siga. Una vez fuera explica.

- Muy bien señorita, de ahora en adelante Hogwarts será tu hogar, asistirás a clase y al finalizar ayudaras al profesor Hagrid con todo lo que necesite. El es el guarda bosques y profesor de cuidados de criaturas mágicas. Vive en la caseta del bosque, allí es donde te instalarás, desgraciadamente no hay habitaciones disponibles. ¿Alguna pregunta?

- Por- Por supuesto! No tengo libros, ni ropa, ni dinero para pagar el colegio!

- No se preocupe, encontrará lo que necesita en su nueva casa. El profesor Dumbledore le ha permitido quedarse así que no desaproveche la oportunidad. Ahora le conduciré a la cabaña.

- No hace falta. Ya se cual es, la vi al llegar. Muchas gracias profesora ¡me esforzaré!


       Corro por los pasillos donde multitud de cuadros me ordenan parar. Hago caso omiso y aumento el ritmo, estoy emocionada, no pensé que iría tan bien. Ahora se que estoy un poco más cerca de recordar y eso me da fuerzas.
Llego al gran portón y salgo al exterior. Hace una noche estupenda. Las nubes cubren el cielo estrellado a cachos pintando un paisaje realmente espectacular. Se oyen los susurros del viento correr salvajes a través de las hojas de los arboles del bosque. Llego al pie del camino que baja hasta el valle de la cabaña. Sin pensarlo comienzo a correr hacia abajo, estoy eufórica, cada vez más y más rápido, la brisa revuelve mis cabellos y acaricia mi cara. Es una sensación increíble. En algún lugar de mi mente pequeños brotes de lo que una vez fueron recuerdos salen a la luz. Recuerdo esta misma sensación, pero en un lugar diferente. Veo esponjosas nubes teñidas del rosa crepuscular y una silueta borrosa debajo de mi.... ¡Mierda! Tropiezo y caigo rodando hasta el final del camino.
Me sangra el codo y ambas rodillas y tengo la cara llena de magulladuras, ¡Genial! Me seco la sangre y llamo a la puerta de Hagrid. Su cabaña no es muy grande y esta llena de huertos por los alrededores, sin embargo me resulta muy hogareña.

-¡Un segundo! ¡Ya voy!- se oye desde el otro lado. Por fin Hagrid abre la puerta.- No está permitido que los alumnos salgan de los dormitorios a estas horas. Si te ven te meterás en problemas.

- Esto...E..- Me quedo sin habla, Hagrid es realmente grande y peludo, parece un oso.- El director me dijo que usted necesitaba un ayudante y me ha enviado aquí.- la expresión de desaprovación se borra de su rostro en segundos dando paso a una gentil y amiglable.

- ¿En serio? Llevo años solicitando ayuda, es increíble... ¡Ah! Perdona, pasa, no te quedes fuera o cogerás un resfriado.- se gira para dejarme entrar pero antes me dirige una mirada cómplice - y no hace falte que me trates de usted, suena muy raro ja ja ja, Hagrid a secas está bien. ¿Cómo te llamas tú pequeña?

- _______ , _______ a secas. - digo cuando entro y él se ríe. La casa es muy acogedora, pero todo tiene un tamaño excesivamente grande, lo que resulta muy cómico.

- Bien _______ , ven te llevaré a tu cuarto. Es tarde, será mejor que te acuestes cuanto antes si quieres llegar a clase a tiempo. - seguidamente salimos de la cabaña por una puerta en el lado opuesto. Justo detrás hay un cobertizo entre los huertos.

- Puede que no tenga muy buen aspecto por fuera pero hace años que lo reformé y es una habitación bastante bonita si cabe decirlo, toma, aquí está la llave. El gran comedor dispone de desayunos de ocho a nueve, pero si te apetece puedes desayunar aquí conmigo.

- Gracias Hagrid, contigo está bien, nos vemos mañana.

Entro en el cobertizo, parece más espacioso por dentro, tiene una cama un armario y hasta un pequeño baño. Encima de la cama hay un montón de libros, ropa y el horario del colegio. Lo ordeno todo y me pongo un pijama. Aclaro mis heridas con agua y me lavo la cara y cuando me dispongo a acostarme oigo un ruido de fuera. Salgo al exterior pero todo parece tranquilo, se está muy bien y decido quedarme un rato más, pensando el el único fragmento de mi memoria que he recuperado. Finalmente cuando no puedo más me voy a la cama y caigo rendida ante el sueño.









                           "Esta noche las estrellas danzarán entre nubes"



       










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