Genial, son las seis y media, Hagrid no despierta y yo no tengo nada que hacer. Decido dar una vuelta por los alrededores. Me paseo por los huertos de Hagrid. Hay plantas básicas como calabazas y patatas y sin embargo me cuesta reconoces otras muchas. Sin embargo hay una curiosa planta trepadora de grandes hojas y pequeñas flores blancas que desprende un aroma muy familiar, aunque no se su nombre estoy segura de haberla visto antes. Sigo un pequeño sendero que acaba al pie de un lago de aguas cristalinas. La vista es espectacular. Iba a meter los pies en el agua cuando oigo la voz de Hagrid llamándome desde la cabaña. Subo corriendo y entro en la cabaña. La gran mesa esta repleta de suculenta comida. Hagrid me señala la silla libre y me siento. Me cuelgan los pies de lo grande que es. Aún asi como agusto hablando con Hagrid sobre el cuidado del huerto y las plantas. Me cuenta cosas sobre las diferentes mascotas que ha tenido y cuando ya estamos recogiendo todo miro la hora.
Las nueve menos diez. Voy a llegar tarde.
- Lo siento Hagrid, tengo que irme pero ya!! Nos vemos esta tarde.- Corro al cobertizo a por los libros y la capa. También cojo el caldero para la clase de pociones. Corro camino arriba como puedo. Tengo que ir más rápido. Sin pensarlo corro caza vez más y más. Al llegar a patio central un corpulento chico de Durmstrang se me cruza y lo arroyo, los dos caemos, me disculpo a toda prisa y recojo mis cosas del suelo para seguir corriendo. Oigo las quejas del chico a mi espalda pero le ignoro. Finalmente llego a la clase indicada todavía sin comenzar. ¡Lo conseguí! Entro en el aula donde los estudiante conversan esperando el inicio. Busco un sitio libre y finalmente doy con el que parece ser el único. Una chica de melena larga y lisa se sienta al lado. Tiene el pelo rubio oscuro y ojos marrones.
- Hola - digo - soy _______ ¿Te importa que me siente aquí?
- Adelante - dice sonriendo - Yo soy Rachel Johnson. Tu eres la que entró anoche en el comedor ¿no?
- Eee.... si, la misma.
Ambas reímos. Me explíca como funcionan las clases en Hogwarts. Que a veces las diferentes casas se juntan para dar clase. Por lo visto por los colores de mi corbata me han metido en Gryffindor, que comparte con Slytherin pociones, defensa contra las artes oscuras y cuidado de criaturas mágicas, con Ravenclaw historia de la magia y hechizos, y con Hufflepuff ambas optativas y transformaciones. Los ultimos alumnos entran en clase seguidos por el profesor Severus Snape, que según Rachel odia a Gryffindor y es un borde obstinado.
- Sentáos ya y abrid el libro por la página ciento treinta y seis.
Un alumno de cabellera rubia se sienta enfrente de nuestra mesa. No hace falta que se gire para saber que es el chico de ojos grises que vi en el comedor anoche. Un escalofrío recorre mi espalda al recordar su mirada.
- Poción de aceleración del crecimiento - continúa Snape. - Tenéis dos horas para hacerla a la perfección y los ingredientes que necesitáis están en las mesas. Quiero un trabajo rápido y silencioso si no queréis ser castigados. -Dirige su oscura mirada a Ron Weasly que esta hablando por lo bajo con el que creo recordar que se llama Harry. - Podéis comenzar.
Me paso la primera hora leyendo la receta hasta casi memorizarla, no conozco ninguna de las plantas mencionadas y menos reconocerlas. Estoy desesperada. Quiero preguntarle a Rachel pero me da demasiado miedo que Snape me pille. Y no me cabe duda que lo hará. Y hablando del rey de Roma, nada mas levantar la vista veo como me observa, después aparta la mirada y añade.
- Ha pasado media hora, no obstante para los que no hayan empezado y no consigan acabarla habrá un trabajo extra que estoy seguro que será de todo menos fácil.
La voy a cagar. Lo estoy viendo. En fin, mejor hacer una chapuza que no hacer nada. Miro los ingredientes, en su mayoría plantas, cuando me acerco inspiro sus esencias y de alguna forma los voy seleccionando. Una hora mas tarde tengo la poción terminada. Cuando todos acaban Snape las examina una a una. Vaya, parece que la maldita poción es difícil, nadie salvo la chica de ayer llamada Hermione y dos o tres mas consiguen hacer algo aceptable. Es mi turno, Snape examina mi poción y hecha cuatro gotas en un tiesto con semillas. No quiero saber que va a pasar, cierro los ojos por si hay una explosión pero no se oye nada. Los abro y veo un hermoso lirio en la maceta de las semillas.
- Buen trabajo señorita... - se calla para que le diga mi nombre.
- _________ a secas.
- Bien ___________ a secas, es una de las mejores pociones que he visto hasta ahora pero no tolero los vagos en mi clase, que se considere un prodigio no es motivo para pasarse media hora de clase sin hacer nada, espero que no se repita o me veré obligado a llevarla ante el director.- dice eso ultimo casi deseándolo.
La clase termina y Snape se marcha dejándome en blanco. Que me considero una prodigio? Cuántos hervores le faltan a este? En fin, me dirijo a la siguiente clase acompañada de Rachel cuando me interrumpe una voz a mi espalda.
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